Sin sentido
La gente tiene cabeza pero no oídos,
no oye el cristal roto, no escucha la sucia corriente.
La gente tiene cabeza pero no ojos,
no puede ver el abismo, ni mira lo que tiene en frente.
La gente tiene cabeza pero no manos,
no palpa el volcán apagado, no toca la sombra ni el cuerpo.
La gente tiene cabeza pero no nariz,
no respira el asqueroso humo, no percibe el pestilente
cansancio.
La gente tiene cabeza pero no lengua,
no prueba el desabrido hastío, a nada le sabe el estupor.
Y yo no tengo cabeza, y tampoco corazón.
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